Los Billetes Locales de la Guerra Civil en Asturias: Vales de Emergencia y Necesidad
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Los Billetes Locales de la Guerra Civil en Asturias: Vales de Emergencia y Necesidad
En el turbulento panorama de la numismática española, los billetes locales de la Guerra Civil en Asturias (1936-1939) emergen como testimonios silenciosos de la supervivencia cotidiana en un territorio aislado y convulso. Asturias, bastión republicano en el norte de España, enfrentó un aislamiento severo tras el golpe militar de julio de 1936, que cortó las vías de suministro con el resto de la zona leal. La escasez de moneda fraccionaria –esencial para transacciones diarias como el pan, el carbón o los jornales mineros– obligó a ayuntamientos, sindicatos y comités locales a emitir vales de emergencia o necesidad. Estos documentos provisionales, impresos con urgencia en litografías locales sobre papel rudimentario, no solo paliaron la crisis económica, sino que simbolizaron la resiliencia de una región marcada por la Revolución de Octubre de 1934 y la posterior Ofensiva de Asturias en 1937. En nuestra tienda de billetes de colección, estos artefactos históricos capturan la esencia de una Asturias en armas, ideales para coleccionistas que buscan piezas auténticas de la historia numismática española. Explora nuestra selección y conecta con el legado de aquellos vales que circularon en las cuencas mineras y los puertos cantábricos.
Contexto Histórico: Aislamiento y Crisis Monetaria en la Asturias Republicana
La Guerra Civil Española irrumpió en Asturias el 19 de julio de 1936, un día después del alzamiento en el resto del país. Mientras el coronel Antonio Aranda se sublevaba en Oviedo, apoyado por falangistas y derechistas locales, el resto de la región –Gijón, Avilés, las cuencas del Nalón y Caudal– permaneció leal a la República. Este control parcial generó un enclave republicano aislado, dependiente del mar Cantábrico para suministros, pero vulnerable a los bombardeos italianos y al avance franquista. La economía asturiana, basada en la minería del carbón y la siderurgia, colapsó bajo el peso de la guerra: fábricas incautadas por comités obreros, colectivizaciones agrarias y una inflación galopante que devaluó la peseta republicana hasta un 80%.
La crisis monetaria fue inmediata. El Banco de España en Gijón, incautado por el Consejo Interprovincial de Asturias y León, emitió talones provisionales (5 a 100 pesetas), pero la moneda fraccionaria –50 céntimos, 1 y 2 pesetas– desapareció por el acaparamiento popular y la huida de capitales. Sin cambio, el comercio se paralizó: mineros no cobraban jornales, mercados se vaciaron y trueques proliferaron. Como detalla el catálogo Billetes Municipales Guerra Civil 1936-1939 de Juan Montaner Amorós y Andreu Garí, esta escasez impulsó emisiones locales. Ayuntamientos, bajo control de gestoras del Frente Popular (PSOE, UGT, CNT), y sindicatos emitieron vales para facilitar transacciones en su ámbito territorial. Estas piezas, válidas solo localmente y canjeables por billetes del Banco de España, reflejaban la autonomía forzada de un territorio sitiado.
El Consejo Soberano de Asturias y León, proclamado en agosto de 1937 bajo Belarmino Tomás, centralizó algunas emisiones –como los "Belarminos" de 0,25 a 2 pesetas–, pero no pudo frenar la proliferación municipal. En septiembre de 1937, la prensa local como Avance anunciaba prohibiciones a vales sindicales, ordenando su retiro por billetes oficiales. Sin embargo, la Ofensiva de Asturias (septiembre-octubre 1937), con 45.000 republicanos frente a 90.000 nacionalistas, precipitó el colapso: Gijón cayó el 21 de octubre, y miles de vales fueron demonetizados o destruidos en la represión franquista. Fuentes como el Archivo General de la Guerra Civil Española en Salamanca preservan actas municipales que documentan estas emisiones, revelando cómo pueblos mineros como Langreo o Laviana organizaron economías paralelas para sobrevivir al asedio.
Este contexto no fue único en España: en Cataluña y Valencia, consejos regionales emitieron similar, pero en Asturias, la tradición obrera –heredada de la Revolución de 1934, donde comités mineros ya habían suprimido rentas y emitido vales– amplificó la respuesta local. Historiadores como Hugh Thomas en La Guerra Civil Española destacan cómo estos billetes locales fueron "herramientas de la revolución libertaria", financiando colectividades y milicias hasta el final.
Descripción General: Características Comunes de los Vales Asturianos
Los billetes locales de Asturias durante la Guerra Civil compartían rasgos de austeridad y funcionalidad, adaptados a la urgencia. Impresos en litografías gijonesas o ovetenses como la Control de Litografía, medían entre 80 y 120 mm, en papel frágil de baja calidad –a menudo reciclado de carteles o folletos republicanos–. Usaban tintas azul, roja y negra, con elementos antifalsificación mínimos: numeración manual, firmas de alcaldes o secretarios municipales, y sellos circulares con el escudo republicano (león y castillos). El anverso declaraba: "El Ayuntamiento de [localidad] pagará al portador [denominación] en billetes del Banco de España", fechado entre 1936 y 1937. El reverso, más simple, repetía "Vale por [valor]" con avisos de validez local y prohibición de exportación.
Denominaciones típicas: 5, 10, 25 y 50 céntimos, equivalentes a la moneda de cobre desaparecida. Diseños evocaban la identidad asturiana: viñetas de mineros con pico, barcos en El Musel o campos de maíz, acompañados de lemas como "Paz y Trabajo" o "Unidad por la República". A diferencia de los talones del Banco de Gijón, carecían de series completas, y muchos eran cupones desprendibles de talonarios. Según Panorama Numismático, estas emisiones totalizaron millones de unidades, pero su fragilidad y la posguerra redujeron supervivientes: hoy, piezas en estado VF (Very Fine) son raras, con gradaciones PMG o certificados independientes.
La producción variaba por emisores: ayuntamientos imprimían en masa para distribución en mercados; sindicatos, como la UGT en Mieres, emitían para economatos obreros. En pueblos costeros como Llanes, vales incorporaban motivos marítimos, reflejando la dependencia del contrabando republicano.
Ayuntamientos Emisores: Un Catálogo de Resistencia Local
Diversos ayuntamientos asturianos, especialmente en concejos mineros y rurales, recurrieron a vales para mantener la economía viva. Aunque el Consejo Soberano intentó centralizar, la dispersión geográfica –montañas y costas– fomentó emisiones autónomas. Basado en catálogos como el de Montaner y Garí, y archivos municipales, destacan:
- Gijón: Como capital económica, el Ayuntamiento emitió vales fraccionales en 1936 (5-25 céntimos), impresos por la Litografía Gijonesa. Usados en el puerto y mercados de Cimadevilla, llevaban el sello "Gestora Municipal Republicana". Circulaban junto a los talones del Banco, facilitando salarios portuarios.
- Avilés: En esta villa industrial, el Ayuntamiento lanzó vales de 10 y 50 céntimos en julio de 1936, avalados por la incautación de fábricas como Ensidesa. Diseños con bagos de maíz simbolizaban la agricultura local; se canjeaban en cooperativas obreras.
- Langreo (incluyendo Sama y La Felguera): Corazón minero, emitió vales de emergencia en agosto de 1936 (5-50 céntimos), firmados por el alcalde socialista. Escenas de pozos carboneros adornaban los reversos; estos vales financiaron milicias en la cuenca del Nalón, hasta la Batalla de El Mazuco.
- Laviana: Concejo obrero por excelencia, el Ayuntamiento produjo billetes de 25 céntimos en 1937, con lema "Por la Victoria". Integrados en colectividades UGT-CNT, sobrevivieron pocos ejemplares, preservados en el Archivo Histórico de Asturias.
- Mieres: En las cuencas centrales, vales de 10-25 céntimos emitidos en septiembre de 1936 por la gestora municipal. Motivos industriales y firmas sindicales; usados en economatos mineros, reflejan la "revolución asturiana" de 1934.
- Llanes: Pueblo costero, emitió vales fraccionales en 1936 (5-20 céntimos), con viñetas de pescadores. Circulaban en el mercado semanal, canjeables por pescado o sidra, hasta la evacuación de 1937.
- Siero (Polaciones): Rural y minero, vales de 50 céntimos en 1937, impresos localmente. Avalados por el Consejo, pero con autonomía municipal; diseños con cruces de capea evocaban fiestas populares.
Otros concejos como Pravia, Castrillón, Carreño y Ribadesella emitieron similares, a menudo en colaboración con sindicatos. En total, al menos 20 ayuntamientos asturianos produjeron vales, según el blog Billetes Municipales, aunque muchos fueron efímeros por la caída de la región. El Archivo General de la Guerra Civil documenta actas de Gijón, Siero y Laviana, confirmando su legalidad provisional.
Rarezas y Variantes: El Encanto del Coleccionismo Local
La rareza define estos billetes: variantes incluyen "prorrogas" estampadas en 1937, extendiendo validez pese al veto central; o ediciones "sin numerar" de hojas de prueba, como en Langreo. El vale de 25 céntimos de Mieres con fondo amarillo ausente es una joya, posiblemente no circulante. Falsificaciones post-guerra son mínimas, pero se autentican por papel rugoso y UV-fluorescencia. Comparados con emisiones catalanas, los asturianos son más sobrios, pero su contexto minero los hace únicos. Sets completos de un concejo, como Gijón, son codiciados en foros como Foronum.
Importancia Numismática: Más que Papel, Memoria Colectiva
Estos vales trascienden lo monetario: narran la autogestión en guerra, con colectivizaciones que anticiparon modelos anarquistas. En Asturias, financiaron resistencia hasta octubre de 1937, cuando 100.000 republicanos fueron reclutados forzosamente por Franco. Su estudio, per Los Billetes del Banco de España durante la Guerra Civil, ilumina economías de supervivencia, con apreciación anual en coleccionismo del 8-15%.
¿Por Qué Nuestra Tienda?
En nuestra tienda de billetes de colección, priorizamos piezas asturianas certificadas, con asesoría para novatos y expertos. Visítanos y colecciona la historia de estos vales que unieron comunidades en la adversidad.
(Palabras: 1.512. Fuentes: Billetes Municipales Guerra Civil (Montaner & Garí); Panorama Numismático; Archivo General de la Guerra Civil; Hugh Thomas, La Guerra Civil Española.)