Los Billetes del Consejo de Asturias y León: Los Famosos "Belarminos"

Descubre los Billetes del Consejo de Asturias y León: Los Famosos "Belarminos"

Los Billetes del Consejo de Asturias y León: Los Famosos "Belarminos"

En el fascinante universo de la numismática, los billetes del Consejo de Asturias y León, conocidos como "Belarminos" en honor a Belarmino Tomás, presidente del Consejo Soberano durante la Guerra Civil Española (1936-1939), brillan como auténticas joyas históricas. Emitidos en Gijón para paliar la escasez de moneda fraccionaria en una Asturias aislada, estos billetes de 0,25, 0,40, 0,50, 1 y 2 pesetas, puestos en circulación en septiembre de 1937, reflejan la urgencia y resiliencia de una región bajo asedio. Con diseños que celebran la identidad republicana y el trabajo asturiano, los Belarminos son codiciados por coleccionistas que buscan piezas únicas de la historia numismática española. En nuestra tienda de billetes de colección, ofrecemos ejemplares certificados que capturan la esencia de una época convulsa. Sumérgete en este legado y enriquece tu colección con un pedazo de la resistencia asturiana.

Contexto Histórico: La Soberanía Efímera de Asturias y León

El telón de fondo de los Belarminos es la Guerra Civil Española, un conflicto que fracturó España tras el golpe de estado de julio de 1936. Asturias, bastión obrero y minero, se alineó con la República, pero el avance franquista desde Galicia y el sublevamiento en Oviedo la aislaron del resto de la zona leal. La falta de comunicación con Madrid y Valencia, sedes del gobierno republicano, generó una crisis monetaria: la sucursal del Banco de España en Gijón no recibía billetes ni monedas, y la economía local colapsaba. Para resolverlo, el Consejo Interprovincial de Asturias y León, creado en octubre de 1936, asumió funciones de emergencia, incautando bancos privados y organizando la defensa y economía locales.

El 24 de agosto de 1937, tras la caída de Santander, el Consejo se proclamó Soberano de Asturias y León, con Gijón como capital y Belarmino Tomás, un minero socialista de Lena, como líder. Este acto, descrito por historiadores como Hugh Thomas en La Guerra Civil Española como un “cantonismo socialista”, buscaba autonomía frente al gobierno de Valencia, que lo percibió como un desafío. Durante 57 días, hasta la caída de Gijón el 21 de octubre de 1937, el Consejo gestionó una economía de guerra, emitiendo moneda para salarios, trueques y necesidades básicas. Los Belarminos, nacidos en este contexto, no solo sustituyeron vales locales emitidos por sindicatos y ayuntamientos, sino que simbolizaron la resistencia de una región marcada por la Revolución de 1934 y su tradición obrera.

La escasez de moneda fraccionaria –esencial para transacciones diarias como comprar pan o carbón– era especialmente grave. Desde el inicio del conflicto, ayuntamientos, sindicatos como CNT y UGT, e incluso empresas emitían vales improvisados, pero su proliferación desordenada complicaba el comercio. El Consejo, bajo la dirección de Rafael Fernández en Hacienda, decidió emitir moneda metálica (50 céntimos, 1 y 2 pesetas) y, ante la dificultad de obtener metal, billetes divisionarios. Esta decisión, anunciada en diciembre de 1936 en el periódico El Noroeste, culminó en septiembre de 1937 con los Belarminos, diseñados para retirar vales y unificar el circulante.

El colapso de Asturias en octubre de 1937, tras la Batalla de El Mazuco y el cerco de Gijón, marcó el fin de estas emisiones. Muchos billetes fueron destruidos o demonetizados por el régimen franquista, que los consideraba propaganda republicana. Sin embargo, los ejemplares que sobrevivieron, preservados por coleccionistas o exiliados, son hoy tesoros numismáticos que narran una historia de ingenio y supervivencia.

Descripción Detallada: Diseños y Características Técnicas

Los billetes del Consejo de Asturias y León, emitidos el 1 de septiembre de 1937, comprenden cinco denominaciones: 0,25, 0,40, 0,50, 1 y 2 pesetas. Impresos por la Litografía Gijonesa bajo la supervisión de Germán Horacio, utilizaban papel rugoso de calidad similar a los talones de 1936 del Banco de España en Gijón. Con medidas de 120 a 150 mm, estos billetes combinan tintas azul, roja y negra, con elementos antifalsificación como firmas manuscritas y sellos. A diferencia de las emisiones del Banco de España, no llevan su aval explícito, sino la autoridad del Consejo, con el texto “El Consejo de Asturias y León pagará al portador” en el anverso.

Los billetes se dividen en dos estilos de diseño. Las denominaciones bajas (0,25, 0,40 y 0,50 pesetas) presentan un anverso centrado en el valor numérico, destacado en tipografía bold, rodeado de motivos geométricos simples que evocan sobriedad. Las denominaciones altas (1 y 2 pesetas) adoptan una alegoría republicana: una matrona sentada, símbolo de la libertad, con un león a sus pies, representando fuerza. Ambos diseños incluyen las firmas de Belarmino Tomás, gobernador general, y Rafael Fernández, consejero de Hacienda, añadiendo autenticidad y un toque personal. Los reversos, más elaborados, rinden homenaje al trabajo asturiano con viñetas de mineros, pescadores y obreros, acompañadas de la leyenda “Paz y Trabajo”, reflejo del espíritu revolucionario de la región. El pie de imprenta “Control de Litografía” aparece en todos, salvo en el de 25 céntimos, una rareza que intriga a los coleccionistas.

  • 0,25 Pesetas: El más pequeño, con número central en negro sobre fondo azul. Anverso simple, sin escudo. Reverso con escena minera. Emitido en pliegos de 13x9, algunos ejemplares carecen de numeración, provenientes de hojas archivadas por la litografía.
  • 0,40 Pesetas: Diseño similar, con banda roja diagonal para facilitar identificación. Reverso con motivos agrícolas, simbolizando la economía rural leonesa.
  • 0,50 Pesetas: Número prominente en azul. Reverso con pescadores, alusivo al puerto de Gijón. Escaso en estado sin circular, según catálogos como Edifil.
  • 1 Peseta: Introduce la matrona republicana, con león y guirnaldas de laurel. Reverso con obreros industriales, evocando las fábricas de Mieres.
  • 2 Pesetas: El mayor, comparable al billete de 10 pesetas republicano. Anverso con matrona y león, fondo gris o rojizo en variantes. Reverso con escena minera y portuaria.

La impresión litográfica, aunque rudimentaria, garantizaba calidad suficiente para la circulación. La falta de series numéricas completas en muchos ejemplares y la numeración manual en otros reflejan la urgencia de la producción. Según Panorama Numismático y catálogos como Numista, los billetes fueron diseñados para ser funcionales, no artísticos, pero su simplicidad resalta su contexto histórico.

Rarezas y Variantes: Un Desafío para Coleccionistas

Los Belarminos son especialmente valorados por sus variantes, que añaden intriga al coleccionismo. El billete de 0,50 pesetas es el más escaso en estado sin circular, seguido por el de 2 pesetas. El de 0,25 pesetas, por contraste, es más común, especialmente en ejemplares sin numerar, ya que hojas completas fueron conservadas por la Litografía Gijonesa. Estas se encuentran en parejas, bloques de cuatro o hasta de diez, según Ramón Cobo Huici en Panorama Numismático. Otra variante notable del 0,25 pesetas carece de fondos amarillos en el reverso, posiblemente una prueba de impresión.

El billete de 2 pesetas presenta una variante numerada con fondos anversos rojizos, frente a los grises habituales, lo que sugiere una tirada diferenciada. Además, los ejemplares sin numerar de esta denominación tienen fondos en color salmón, indicando una posible segunda tirada preparada pero no circulante debido a la caída de Gijón. Estas piezas, descritas en catálogos como Edifil (385-390), son rarezas codiciadas. Los billetes sin numerar, ya sean sueltos, en pares o tríos verticales, son escasos como juegos completos de las cinco denominaciones, lo que eleva su atractivo.

Falsificaciones son raras, pero réplicas post-guerra para museos existen. La autenticidad se verifica por el papel rugoso, sellos fluorescentes bajo luz UV y la calidad litográfica. Comparados con emisiones similares, como los billetes de Bilbao o Lleida, los Belarminos destacan por su narrativa obrera y su breve ventana de circulación, limitada a menos de dos meses.

Importancia Numismática: Un Legado de Resistencia

Más allá de su valor material, los Belarminos encapsulan la economía de guerra asturiana: una inflación del 70%, colectivizaciones mineras y el papel clave de mujeres en fábricas de armamento. Como señala Hugh Thomas, estos billetes reflejan un experimento de autogestión en un contexto de aislamiento. Su uso en mercados de Cimadevilla, minas de Langreo o evacuaciones marítimas los convierte en testigos de la vida cotidiana bajo el asedio. La prensa de la época, como Avance, documenta su impacto: al prohibir vales locales y unificar el circulante, los Belarminos estabilizaron transacciones en una región al borde del colapso.

En el coleccionismo, su rareza y contexto los hacen piezas codiciadas. Foros como Foronum destacan su demanda creciente, especialmente por variantes sin numerar o en estado sin circular. Para novatos, un 0,25 pesetas es un punto de entrada accesible para aprender gradación (VF vs. UNC), mientras que los coleccionistas avanzados buscan juegos completos o el esquivo 0,50 pesetas en alta calidad.

¿Por Qué Coleccionar con Nuestra Tienda?

En nuestra tienda de billetes de colección, ofrecemos billetes del Consejo de Asturias y León certificados, con garantías de autenticidad y calidad. Nuestra selección incluye desde ejemplares individuales hasta sets temáticos que capturan la esencia de la Guerra Civil asturiana. Con asesoría experta y envíos seguros, te invitamos a explorar estos Belarminos y conectar con la historia de una región que desafió la adversidad. ¡Visítanos online o en Gijón y comienza tu viaje numismático con un pedazo de la resistencia asturiana!

(Palabras: 1.502. Fuentes: Panorama Numismático; Billetes de la Guerra Civil (Montener & Garí, 2017); Numista; Edifil; Hugh Thomas, La Guerra Civil Española.)

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